NUBES TRISTES

¿Qué hacer cuando el cielo está llorando? en esta ciudad es tan frecuente, nos acostubramos tal vez a la tristeza, a las lágrimas, y en realidad tenemos esas almas frías, congeladas, y nos acostumbramos a ello, pero a pesar del clima, no nos dejamos vencer, algunos utilizan cobijas todo el día, otros chaquetas gruesas, otros medias de lana, pero el vestido no es suficiente, porque debemos calentar el corazón más que el cuerpo, la sangre más que la piel, es más, calentar las venas y las arterias calienta lo exterior, primero es lo de adentro, por eso algunos encuentran que les encanta trabajar, recorrer la ciudad en bicicleta llevando recibos y mensajes, cosechar la tierra, disfrutar la venta de flores, mantener la espalda derecha mientras se realiza el duro trabajo de la construcción; recuerdo un hombre de unos 55 años, arreglando el cemento en un espacio del suelo, pero él no se acurrucaba, estaba como recogiendo algo, su espalda llevaba la columna sin muestras de cansancio, recta, me impresionó tanto, imagen que no voy a olvidar, aquel viejo obrero de casco amarillo que tenía su corazón caliente en esta ciudad de frío, entre toda la violencia y contaminación, existe ese calor, el del trabajo, el de la alegría, el de un abrazo, el de querer vivir el día con el alma roja, con amor, eso creo que es lo único que nos puede mantener calientes cuando las nubes siguen tristes, cuando el sol está bloqueado por lágrimas, en ese diminuto instante de vida fría, la esperanza de mantener el calor está dentro de nosotros, y luego, en ese pequño momento, nos damos cuenta que las nubes no nos están regalando lágrimas normales, son lágrimas de alegría.