Yo cantaba mi tema
preferido mientras caminaba, acostumbraba hacerlo con mucha música pero ese era
el tema que más me gustaba, por eso lo hacía con toda mi energía, algunas veces
hasta cerraba los ojos de la intensidad, luego los abría rápidamente para no caer
en un abismo; poco me importaban las habladurías ajenas en mi contra o las
miradas que decían "loco", solo cantaba con pasión, como un león cazando
a su cebra, ese era mi modo. Pero un día cerré los ojos demasiado fuerte, canté
demasiado duro y me perdí, me dejé llevar, es que estaba sumergido en esa
canción desde mucho tiempo atrás y nada me la podía sacar de la cabeza; lo que
pasó después fue increíble, de guardarse, pero qué importa, siento que todos
deben saberlo; cuando abrí los ojos no veía nada, un golpe fuerte llegó a mi
corazón y me tumbó al asfalto, acto seguido sudor salió de mí como nunca y un
dolor de cabeza intenso me sobrecogió, quería gritar para pedir auxilio pero no
podía, después fue peor, mi cuerpo empezó a temblar como en un ataque
epiléptico, lo sentía estremecerse con furor y sucedió lo que tenía que
suceder, me fui, perdí la vida que tenía escuchando el tema que más me gustaba,
que raro, nadie pasa a la otra vida de esa forma, pero ese era mi destino y doy
gracias por poder contarlo.
Busco a través de mi corta
historia dar un consejo, escribe si tienes que escribir, canta si quieres
cantar, pinta, mete goles, salta, y haz lo que más te guste, pero cuando lo
hagas no lo hagas por hacerlo, hazlo con todas tus fuerzas, ponle toda la
energía.
Yo cantaba caminando, pero
cuando cante ese tema, sacando todo de mí, empecé a vivir de nuevo, una
existencia completamente diferente llegó a mí, sigo viviendo en este mundo pero
de forma diferente, algo sucedió ese día, esa canción me hizo empezar a ver mejor
lo que está pasando, ahora no voy a explicar cómo percibo, solo sé que cuando
una persona lo entrega todo, inicia un nuevo camino aquí. Con respecto a los
dolores, así fue como sucedió, pero ahora entiendo que fue mejor que morir.