RECUERDO TU POEMA

Tú eras la playa, soleada y con pocas nubes, unas pequeñas que ocultaban el sol de vez en cuando, esos eran tus pequeños pecados. Eras una isla montañosa, perfectos relieves adornaban tu cuerpo, arriba y abajo. Tu piel, arena super delgada, suave, jugosa y azucarada. Me encantaron tus palmeras, esos finos bellos que salían de tus poros, cuando los sentí con las llemas de mis dedos, hubo un electrochoque invisible, insensible, insentible. Gracias por tu cara, el horizonte visto desde tu playa, aquel lugar del que nunca he querido salir; gracias por tus labios, mis pies hundiéndose en tu húmeda arena, duraba días enteros con mis plantas penetrando tu dulce polvo, riquísimos besos de sol y luna. Tu playa, mi más pura experiencia, tu calor fue mi fuga, mi dios, cubrirme con tu carne transformó mi mundo, el amor y el incontrolable sexo unidos sobre tu piel, dentro de tu piel; tu calor, nuestro calor, tu playa, ese lugar del que mi memoria nunca saldrá. Gracias por dejarme naufragar en ti.