LA NUEVA HUMANIDAD

El interminable sí que debe levantarnos cada mañana, la fuerza incontrolable que debemos sentir en las personas, en el mundo, la respiración perfecta que nos prepara para decir lo justo, la corrección, es decir la reivindicación, tener conciencia de un camino bien o mal trazado, reflexionar, adentrarse, profundizarse, esquivar las gotas ácidas que caen de lo gris, dejarse llevar cada día por el viento, el viento de la buena acción, el viento de los valores, salir a conquistar nuevos reinos, luchar, batallar, entender que la mala pisada trae consigo un aprendizaje. Pensar en convertirse en un nuevo ser humano debe ser a diario, debe ser constantemente interiorizado; hay muchas cosas por conocer y si no estamos dispuestos a sentir la necesidad de verlas, no somos nuevos, hay viajes que transforman, viajes a la montaña, al valle, a la ciudad, al río, también hay viajes de autoiluminación, al espíritu, al cerebro, hasta viajes colectivos, como pensar en el planeta entero en vez de en si mismo, conectarse con todas las personas y no solo con una, ese tipo de cosas son las que nos llevan a  esa isla desierta, donde la arena nunca ha sido pisada, la nueva humanidad que pocos quieren vivir, hay que soltar el timón y dejar que la brisa le de las indicaciones a las velas, solo así nos encontraremos con lo nuevo, aquello desconocido que nos unirá a la nueva humanidad.