RISAS ÁCIDAS


Conocí mi verguenza ayer cuando entré a una tienda por equivocación, porque ahí pude dialogar con la hipocresía, nunca la había visto y vivido tan de cerca, es incluso hermosa la muy vagabunda, con ojos saltones y labios carnudos, se burló de mi sencillez hablándome de su propia esencia, poder buscaba por doquier y tal vez en mí encontró un obstáculo, con un simple gesto la hice enterarse de su mal camino, nunca me olvidará, lo sé, pero yo tampoco la olvidaré. Durante mis 30 años de vida no había tenido una experiencia como estas con una persona ¿cómo el dinero puede volver ciego a un vidente? la sociedad no está corroida, son la peronas las que lo están. No me gusta hablar cuando cosas malas me inspiran, pero ahí estaba, la llamada hipocresía echando fuego por su boca y fue una gran experiencia, qué persona, no quiero imaginar lo que vive en realidad, lo que habla día a día, nunca, nunca quiero esos personajes en mi camino, me gusta la gente simple, por el hecho de que sin darse cuenta son más inteligentes, más sensatos, eso busco yo, esa es mi exploración universal, la sabiduría a través de la naturaleza, no la falsía identitaria del mundo que cree ser poderoso, eso busco, la sencillez, la real simpatía, y eso también quiero ser.