EL ÁRBOL INQUIETO

Un hombre después de trabajar decidió descansar a la sombra de un árbol y fumarse un cigarrillo, pero cuando se sentó para recostarse, el árbol se movió hacia atrás. El hombre pensó no haber calculado, entonces se acercó al árbol y nuevamente trató de recostarse, pero el árbol se volvió a correr. Se volteó, estiró su mano para tocar el tronco pero pasó lo mismo, el árbol se apartó, esta vez hacía un lado. Se tiró sobre él, lo persiguió e intentó cazarlo pero no pudo hacerlo. Duró toda la tarde buscando la forma de coger cualquier parte del árbol, y en la noche ya con ganas de comer algo, decidió volver al día siguiente para resolver este enigma.

En la mañana, mientras el hombre estaba trabajando, su esposa llegó hasta el árbol, sacó una manzana y decidió recostarse en él, al hacerlo el árbol se acomodó de tal forma que su columna y cabeza quedaron tan cómodas como en la cama de un castillo, durmió una siesta y cuando despertó, tomó el árbol, lo guardó en su bolsa junto a sus frutas y volvió a casa a hacer la comida para su familia.

Así como la naturaleza, la sabiduría abraza solo a algunas personas.