SEMILLAS DE MELODÍAS

La tierra era plana, como se pensaba que era en los tiempos de antaño, así fue en los primeros días. Además de mares y ríos, lo único que se había creado era una guitarra, hecha de madera, aunque ni los árboles existían. La guitarra estaba sola e inexpresiva y quieta, los vientos eran demasiado puros para moverla.

La tierra, después de algunos siglos viviendo tranquila, hizo brotar un minúsculo músico para que tocara la guitarra, las primeras melodías nacieron y los vientos empezaron a hacerse más fuertes. El músico siguió tocando, desaprendido de todo, sin pensar; las nuevas tonadas se mezclaron con el aire y de los sonidos empezaron a brotar aves diminutas, que salían de las cuerdas dando sus primeros aletazos, palomas, colibríes, ruiseñores y más pequeñas aves no dejaban de salir, revoloteaban sin cesar y crecían mientras se alejaban.

Cuando el músico aumentó la intensidad, águilas y cóndores se crearon, rápidamente abrían sus alas, y al hacerlo, se volvían gigantes y así se veían sobre el cielo, pero todos estos alados desaparecían sin dejar rastro.

El músico y la guitarra se hacían compañía pero aún así seguían solos, entonces decidieron, con la misma intensidad, cambiar de ritmo, crearon algo armónico lo que hizo nacer ángeles, tan luminosos que hicieron al músico cerrar sus ojos, así se concentró más, y más perfecta fue su melodía. Hasta que por fin nacieron los humanos; bípedos, caminantes, andantes, nómadas sin un rumbo ni fijación.

Cuando entraba en el siguiente éxtasis, el músico sintió sobre su guitarra el dedo corazón de un humano curioso, entonces se detuvo para siempre y los humanos dejaron de nacer para empezar a morir.

LO QUE ME ENCONTRÉ AL CAMINAR

Yo cantaba mi tema preferido mientras caminaba, acostumbraba hacerlo con mucha música pero ese era el tema que más me gustaba, por eso lo hacía con toda mi energía, algunas veces hasta cerraba los ojos de la intensidad, luego los abría rápidamente para no caer en un abismo; poco me importaban las habladurías ajenas en mi contra o las miradas que decían "loco", solo cantaba con pasión, como un león cazando a su cebra, ese era mi modo. Pero un día cerré los ojos demasiado fuerte, canté demasiado duro y me perdí, me dejé llevar, es que estaba sumergido en esa canción desde mucho tiempo atrás y nada me la podía sacar de la cabeza; lo que pasó después fue increíble, de guardarse, pero qué importa, siento que todos deben saberlo; cuando abrí los ojos no veía nada, un golpe fuerte llegó a mi corazón y me tumbó al asfalto, acto seguido sudor salió de mí como nunca y un dolor de cabeza intenso me sobrecogió, quería gritar para pedir auxilio pero no podía, después fue peor, mi cuerpo empezó a temblar como en un ataque epiléptico, lo sentía estremecerse con furor y sucedió lo que tenía que suceder, me fui, perdí la vida que tenía escuchando el tema que más me gustaba, que raro, nadie pasa a la otra vida de esa forma, pero ese era mi destino y doy gracias por poder contarlo.

Busco a través de mi corta historia dar un consejo, escribe si tienes que escribir, canta si quieres cantar, pinta, mete goles, salta, y haz lo que más te guste, pero cuando lo hagas no lo hagas por hacerlo, hazlo con todas tus fuerzas, ponle toda la energía.

Yo cantaba caminando, pero cuando cante ese tema, sacando todo de mí, empecé a vivir de nuevo, una existencia completamente diferente llegó a mí, sigo viviendo en este mundo pero de forma diferente, algo sucedió ese día, esa canción me hizo empezar a ver mejor lo que está pasando, ahora no voy a explicar cómo percibo, solo sé que cuando una persona lo entrega todo, inicia un nuevo camino aquí. Con respecto a los dolores, así fue como sucedió, pero ahora entiendo que fue mejor que morir.

NO TE OLVIDES DE TU VIDA

Me enterraste un día en tu jardín, me sacaste de tu vida como si no te hubiera dado placer, como si yo no fuera lo suficiente, como si no fuera nada el haberte dado para empezar, un hogar o para los primeros regalos de tus dos hijos, tu pareja de niños tan amada, tan amables eran cuando los dejabas cuidándome, me parecían tan inteligentes, aprendieron en un segundo dónde se encontraba cada objeto de mi cuerpo para ser entregado a los que lo necesitaban.

Que mala decisión tomaste al enterrarme, al ir tras otro negocio, te brindaba tranquilidad, ¿lo recuerdas? llegabas a la hora que querías y yo recuerdo que siempre se te hacía tarde, te ibas dejando muchas cosas pendientes, igual, era tu tienda, podías hacer lo que querías conmigo, mi caja registradora siempre estuvo llena y preparada para ser saqueada por tus placeres.

Fueron unos buenos tiempos y ahora que me estás desenterrando, sacando nuevamente de tu jardín te lo recuerdo, porque tenemos un buen futuro juntos, tú y yo, tu esposa y tus hijos. Sabía que volverías a mí, ya es tiempo de que te olvides de esa desgastante corporación, es que no te da tiempo ni de almorzar, tus hijos ahora juegan solos sobre tu jardín, es decir sobre mí, tu esposa tiene un amante, ¿duele saberlo, cierto? tus amigos ya ni te llaman. Ahora que me miras desde tu ventana con ganas de hacerme de nuevo tu fuente de vida te lo recuerdo, mis puertas estarán abiertas para vuelvas. Termina de sacarme de este ataúd enterrado en tu jardín y vive mejor, vuelve, lo necesitamos.

RECUERDO TU POEMA

Tú eras la playa, soleada y con pocas nubes, unas pequeñas que ocultaban el sol de vez en cuando, esos eran tus pequeños pecados. Eras una isla montañosa, perfectos relieves adornaban tu cuerpo, arriba y abajo. Tu piel, arena super delgada, suave, jugosa y azucarada. Me encantaron tus palmeras, esos finos bellos que salían de tus poros, cuando los sentí con las llemas de mis dedos, hubo un electrochoque invisible, insensible, insentible. Gracias por tu cara, el horizonte visto desde tu playa, aquel lugar del que nunca he querido salir; gracias por tus labios, mis pies hundiéndose en tu húmeda arena, duraba días enteros con mis plantas penetrando tu dulce polvo, riquísimos besos de sol y luna. Tu playa, mi más pura experiencia, tu calor fue mi fuga, mi dios, cubrirme con tu carne transformó mi mundo, el amor y el incontrolable sexo unidos sobre tu piel, dentro de tu piel; tu calor, nuestro calor, tu playa, ese lugar del que mi memoria nunca saldrá. Gracias por dejarme naufragar en ti.