OLVIDANDO LAS HUELLAS

Los pasos que cada quién da no son en vano, porque las experiencias ayudan a recordar tanto aciertos como equivocaciones, pero si uno no se prepara para ver solamente el presente y hacia delante, se queda viviendo en el pasado. Pueden haber premios y recompensas que con alegría se recuerdan, aquellas huellas que le sacaron sonrisas a amigos y familiares, goles, grados, victorias y demás, pero esos son buenos recuerdos y buenas huellas nada más, han quedado en el pasado y el ahora debe ser la huella más grande, el futuro debe prepararse para enfrentar nuestras grandes pisadas, para que cuando volvamos a ver aquellas huellas, podamos reconocer aquel gigante que hay en cada uno de nosotros, por eso, en este momento, debemos pisar fuerte, que el planeta pueda sentir el buen peso de nuestros actos y el mundo pueda recordarlos; no se trata de solo dejar huellas, se trata de engrandecerlas viviendo para crear cada día huellas más y más notorias, pero, lógicamente, no para que los demás las observen, es para que cada uno pueda hacer memoria de sus actos con satisfacción, tener recuerdos inspiradores, para ir por más, vivir por más, moverse con el peso de gigantes. Tal vez por eso hay que olvidar las huellas, para reconocer que las decisiones de este momento pueden cambiar el curso del universo.